sábado, 13 de junho de 2009

NAO DÁ P´RA CRER



"Del fado se dice que es el más tradicional de los estilos musicales portugueses, que se canta en el idioma del país vecino y con el simple acompañamiento de la guitarra portuguesa. Hasta que llegó María Berasarte. "Quería hacer un disco de fados tradicionales, en castellano y sin guitarra portuguesa. ¡A quien se lo cuentes no se lo cree! ¡Es de locos!". Pero ahí está: 'Todas las horas son viejas' reúne 11 fados tradicionales de Lisboa, pero cantados en español y acompañados de una guitarra clásica.
Y como no fuese suficiente atrevimiento, el próximo día 13 —día de San Antonio, patrono de la capital portuguesa— María presenta el disco en Lisboa, en el simbólico Castillo de São Jorge, en las fiestas de la ciudad. "Me da un poco de vértigo pero me apetece muchísimo. Lo tengo visualizado ya: estar ahí arriba, la vista sobre el Tajo... no hay muchos sitios así. Es el lugar y la fecha ideal para presentarlo".
María Berasarte canta el fado como lo siente. No se paró a pensar si lo que hacía era nuevo o arriesgado, o lo que pensaría la gente. "¿Arriesgado? En esta profesión todo es arriesgado. Yo fui al fado tradicional, donde las letras pueden ser cambiadas y fui siendo española, defendiendo mi realidad y mi manera de ser, mi verdad y mi idioma que es en el que voy a decir mejor las cosas. Es verdad que en español no suena igual, pero también era un reto."
El resultado es sorprendentemente bonito. En el disco no hay guitarras portuguesas pero hay el mismo sentimiento. Las frases se dicen en español pero cantan el mar, el desamor, la añoranza o la morriña. Y hay flamenco y un poco de jazz. Pero todo tiene una unidad y una coherencia que hace posible escuchar el disco del inicio al final sin que este fado en español suene a sacrilegio.
Colaboraciones portuguesas
El álbum se hizo realidad en nueve meses de ideas y tres de grabaciones en Oporto. El portugués José Peixoto le prestó la guitarra clásica, Tiago Torres da Silva escribió las letras en español y María Berasarte puso la voz. Además, está el contrabajo de Carlos Bica, el acordeón de Filipe Raposo y guitarra flamenca. "Quería hacer un disco desde fuera, sin meterme en la parte más fadista, que se vea que era de otro sitio, dando la cara, de manera natural, pero trabajando con portugueses para que hubiera un filtro".

El disco de María Berasarte.
Aún no ha presentado el disco pero ya se ha ganado a Portugal, consiguiendo la admiración de algunos de los más antiguos cantantes de fado, como Carlos do Carmo. "Le enseñé el disco, tardó un poco en contestar pero luego entendió lo que hice". No sólo lo entendió sino que le gustó y la apadrinó desde el primer momento. "Cuando me di cuenta estaba cantando en el Pabellón Atlántico en el 45 aniversario de Carlos do Carmo".
La conexión de María Berasarte con Portugal viene de lejos: "Mi madre es gallega y siempre he tenido mucho contacto con Portugal, tengo la sensación de que es una segunda casa". Y, en determinado momento el fado la cautivó. "Un día estaba viendo un reportaje de televisión y lo escuché. Era Amália, cantando 'Estranha forma de vida' y de repente sentí algo".
Pero se resistió. Tanto que este álbum casi no existe. "Ya tenía todo el repertorio elegido cuando mi madre me dijo: 'María, yo creo que deberías hacer un disco de fados'. ¡No veas la discusión que fue aquello! Pero la verdad es que me dio donde más me dolía", cuenta.
Sensible pero no triste
Del género musical que abraza en este disco destaca la sensibilidad y la fuerza con la expresa los sentimientos, pero rechaza que siempre se le asocie con la tristeza: "Lo que me encanta es que dice todas las cosas, alegres o tristes, pero elevadas a la máxima belleza. Emociona, sus historias envuelven a las personas, pero sienta bien, no entristece. Tiene una elegancia, una dulzura especial. Y luego, cantar a partir del silencio, que eso es algo que el fado lo respeta mucho. Le da un lugar. La luz se apaga, se cierra la puerta... no sé, se crea algo más."
"Siempre he tenido una conexión con el fado, pero con mucho respeto y miedo también"
Se nota que el fado es algo que lleva dentro, que no ha aparecido de casualidad pero que siempre ha sido parte de su crecimiento como artista: "Uno de los géneros más clave en mi vida fue el fado. Estudié ocho años en la escuela clásica de canto en Madrid, pero sabía que necesitaba que algo pasara en mí, para que pudiera salir yo en el escenario y ser yo la que cantaba realmente".
Pero a la vez que le cautivaba, también le imponía mucho. "Siempre he tenido una conexión con el fado, pero con mucho respeto y miedo también. Para mí, este disco ha sido avanzar conmigo misma. Apoyarme, no como fadista pero como cantante, cantante vasca que canta fados".
Su identidad es algo que reafirma en cada canción. "Mi fado tiene un poco más de luz, como si abriera una ventana y me liberara". Ahora, María espera que España reciba su trabajo tan bien como Portugal. "Yo creo que hay mercado para un disco de fados aquí. A la gente le gusta mucho el fado. ¡Demasiado! Pero no se atreven, no saben ni uno por el idioma. Ahora espero ayudar a destapar esa relación que está un poco escondida".
Pasado el vértigo inicial, María Berasarte asume el fado como suyo. A su manera, pero sin quitarle la esencia. Y el 13 de junio, con el Tajo al fondo, las luces se apagarán y será su voz la que romperá el silencio. "

1 comentário:

carlos disse...

Pues que cante !

Não sei se vale sequer tanto palavreado.
Com umas cunhas bem metidas ainda pode vir a ser condecorada no próximo 10 de Junho
cpm