Por Francisco Concepción
30 de enero de 2013
Estimada Señora Pilar del Río, me dirijo a usted como canario, lector de algunas obras de Saramago y como ciudadano que opina sobre la actualidad.
Hace unos días que viene usted declarando que está “indignada”, calificativo poco creativo en estos tiempos, por el poco afecto que demuestran los canarios por su marido y por el inmovilismo que dice ver en la sociedad española.
Reclama usted y casi exige que le ayuden a explotar el complejo cultural que ha levantado en torno a la figura de Saramago y amenaza con desmontar la casa-museo levantada en Tías (Lanzarore) y trasladar todas las pertenencias del escritor a Lisboa, donde está la Fundación Saramago y que usted actualmente preside. Lamenta también que sean los canarios los que menos visiten el complejo cultural.
Hace también algunas semanas que alzó también la voz, por la falta de apoyo que ha recibido la película “José y Pilar” tras no pasar la criba para representar a Portugal en los Premios Oscar. Una película/documental que muestra su relación de pareja en su día a día en Lanzarote y Lisboa, en su casa y en sus viajes por todo el mundo, con el premio Nobel. Reclama que no hayan invertido más dinero en la promoción de la película.
Sra. Pilar, el amor es lo más grande y hermosos que existe, pero tiene que comprender que Saramago no era, ni es el centro del mundo. No piense que los canarios somos desagradecidos, estamos sumidos, toda Europa y el mundo, en asuntos más complejos y vitales. Hablo de necesidades básicas como el comer, para estar pendientes del Complejo Cultural de Saramago en Tías. El cual no digo que no sea importante. Aún así, y restándolo de partidas más elementales, las entidades canarias han comprometido una importante partida presupuestaria a erigirle un monumento junto a su casa. ¿No le parece una muestra de cariño? Le recuerdo también que el escritor en el año 99 fue elegido “Hijo adoptivo de Tías”, cuando en Portugal el ayuntamiento de Oporto, votaron en contra de la propuesta para poner el nombre del escritor José Saramago a una calle de la ciudad. Y aún así decide usted enterrar allí las cenizas de su esposo y quiere usted llevarse las cosas del escritor a su país.
También me gustaría preguntarle si canarias le debe tanto a Saramago. Nadie le obligó a venir a residir al archipiélago. Fue consecuencia de la polémica levantada en Portugal por su obra “El Evangelio según Jesucristo” en 1991. Que yo sepa en España, ni en Canarias, nunca se le ha vetado, ni criticado por ninguno de sus libros o ideas. Lanzarote le dio mucho más a su marido, dónde disfrutó de la hospitalidad de sus habitantes, clima, color, tranquilidad e inspiración para sus obras, según reconoció en varias ocasiones y como contraprestación, que yo sepa, no he leído todos sus libros, ninguna transcurre en la isla, ni se hace referencia a ella. ¿Quién le debe más a quién? Y lo que no sé es, dónde tributaba su esposo y dónde está usted actualmente tributando. Esa es otra cuestión.
Tampoco me parece la obra de su marido a la altura de un premio Nobel, pero eso es otro debate que igual le planteo en otra carta. Me gustaría recordarle, pues todos tenemos una memoria muy frágil, que su esposo no ha sido tampoco considerado muy bien en otros lugares. En el año 2002, fue nombrado persona non grata en Israel por comparar la política de este país en los territorios ocupados con los campos de exterminio nazis y allí retiraron todos sus libros. Los católicos tampoco le tuvieron mucho aprecio. Fue expulsado de varios sitios como el periódico Diário de Notícias, etc.
La presente es solo hacerle recapacitar sobre sus manifestaciones y sugerirle que no critique a las personas que cobran el paro por inmovilismo y conformismo. Usted tiene la vida garantizada y vive de los derechos de la obra de su esposo. Utilice esos recursos en lo que usted considera algo tan importante “La Casa de Saramago” en Tías, pero tiene la fundación en Lisboa. Y si quería que la película llegara a los Oscar y la consideraba tan maravillosa, porque en ella salía usted, haber invertido usted el dinero de la promoción.
Que feos resultan en ocasiones los ombligos.
Atentamente,
@franCoescribe
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